miércoles, 8 de marzo de 2017

Con los pechos al aire


Molesta. Molesta que sean redondas. Molesta que tengan un tamaño mayor a los testículos. Molesta que sean esponjosas y grandes. Molesta que caigan, que apunten hacia el sur. Que sean de distintos tamaños, formas y colores. Molesta que tengan un pezón enorme en el medio. Molesta que ese pezón alimente a la vida que parieron. Molesta que a esa vida no la haya parido tu costilla. Molesta que el pezón sea más morado que cualquier golpe que puedas dejar sobre su cuerpo.

Deberías cubrirte los oídos y no dejar que ninguna lengua te acaricie. Deberías cubrirte el cuello y no dejar que ningún beso te roce. Deberías cubrir cada centímetro de tu cuerpo que te pueda llegar a producir placer. Porque tus zonas de placer me hacen mal. Y si a mí me hacen mal te las tenes que cubrir. Mientras yo camino con mis tetas fofas por la calle. Mientras él toma sol con sus tetas blancas al aire. Mientras éste otro ejercita sus tetas duras y bronceadas totalmente descubiertas.

¿Cuándo fue el día que empezaste a tenerle tanto miedo a esas dos? ¿Fue el día que naciste o el día que te enseñaron? ¿Cuántas veces más tengo que aguantar que compares un pito con una teta? Y ya que lo mencionas. ¿Cuántas veces sacaste el pito al aire en la calle para hacer tus necesidades? ¿Cuántas veces lo revoleaste en frente de tus amigos para presumir? ¿Cuántas veces más tengo que seguir viendo tus tetas fofas, peludas, blancas, bronceadas, marcadas en la mesa? ¿Por qué las tetas televisadas están bien? ¿Es porque hicieron un negocio de la teta? ¿Te molesta que estas no se puedan comprar?

Entonces te pregunto de nuevo. ¿Cuándo fue el día que empezaste a tenerle tanto miedo a esas dos? ¿Fue el día que naciste o el día que te enseñaron?

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